Las tradiciones locales enfrentan muchas amenazas pues, desde hace muchos años, la cultura hegemónica ha visto en la diversidad cultural un obstáculo para las ideas de desarrollo y civilización. Esto ha implicado un largo proceso de deculturalización en las regiones, especialmente entre las comunidades indígenas, afrodescendientes y rurales. Sin embargo, de acuerdo a los principios de la Convención de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (UNESCO 2003/ Ley 1036 de 2006), el rescate del patrimonio cultural inmaterial es hoy por hoy una prioridad en Colombia.
Algunos grupos humanos han estado más cercanos a los ejercicios de los derechos culturales, como los indígenas y los afrodescendientes, pero la población campesina, que no tiene un rasgo étnico específico, en muchos casos queda por fuera de esas iniciativas. En Colombia, las comunidades campesinas han centrado su lucha en los derechos sobre la tierra, en los procesos organizativos y representativos y en la definición de programas de apoyo económico.
La etnia Nukak entró en contacto con la sociedad global hace solo unas décadas y se encuentra en una situación de alto riesgo cultural, pues han visto su territorio reducido por la presencia de grupos armados ilegales y por el avance de la frontera agrícola.
Las regiones de la Amazonia, la Orinoquía y la costa Pacifica en Colombia tienen una alta diversidad biológica y cultural. Las comunidades étnicas de estas regiones tienen una clara necesidad de capacitación diferenciada que satisfaga sus demandas y coincida con el contexto en el que viven.