Colombia - 11 julio, 2023
¿Qué problemáticas sociales existen en el territorio del bajo río Caquetá que afectan a los y las jóvenes y cuáles son sus preocupaciones con relación a sus proyectos de vida? ¿Cuáles son los temas de interés de los y las jóvenes en los cuales desearían fortalecerse? Estas fueron algunas de las preguntas que se abordaron en los primeros ejercicios de diagnóstico participativo realizados al en el proyecto «Jóvenes del Yuruparí».
Según los datos recogidos a lo largo del proceso el diagnóstico, para los jóvenes de la región de AIPEA (Asociación de Autoridades Indígenas de La Pedrera Amazonas), el fortalecimiento de la participación juvenil en los procesos comunitarios pasa por el reconocimiento del territorio como espacio de bienestar, pervivencia y reproducción de las prácticas culturales. Desde la infancia hasta la adultez, el desarrollo vital de los jóvenes indígenas se sostiene en el aprendizaje de los saberes propios relacionados, entre otros, con la pesca, la cacería o la siembra de la chagra. Todas ellas son prácticas tradicionales ligadas a la subsistencia, pero también a la construcción de una identidad cultural y dependen del cuidado del territorio y sus recursos.
En labores cotidianas como sembrar la yuca, tejer un canasto, pescar un pintadillo o preparar el casabe, los jóvenes reciben el consejo de sus abuelos y padres para el buen vivir y se preparan para la vida adulta. No obstante, cada vez son menos los espacios para la formación tradicional. La cultura material, por ejemplo, ahora se reemplaza con la compra de utensilios, las dietas se transforman con el consumo de alimentos de afuera y la medicina tradicional, las curaciones, los cantos y narraciones pierden espacio frente a la educación formal. El cambio generacional, la influencia de los conocimientos occidentales, el uso de las nuevas tecnologías y las necesidades de formación profesional y técnica, alejan a los jóvenes de la vida tradicional.
Taller de diagnóstico participativo. Foto: Carolina Pinzón
En las comunidades indígenas del bajo río Caquetá, los hombres, al llegar a la pubertad, realizan el ritual del Yuruparí con el cual marcan el tránsito a la adultez y definen su rol dentro de la comunidad. Este ritual sagrado es determinante aún hoy en el desarrollo vital de los jóvenes de varios pueblos indígenas del noroeste amazónico, sin embargo, actualmente se enfrentan a nuevos paradigmas de vida.
A nivel comunitario el consumo excesivo de alcohol y sustancias psicoactivas se percibe como una problemática que afecta la convivencia y genera malestares asociados con la tristeza emocional y la violencia como forma de tramitar las diferencias. Esta situación afecta incluso los procesos organizativos generando desinterés en los jóvenes en gran medida porque se considera que estos espacios pueden desencadenar adicciones.
Por esto, desde la visión de los jóvenes, es necesario la formación de nuevos liderazgos, la creación de espacios de encuentro y construcción colectiva que sean pertinentes a las realidades de los jóvenes, así como la reflexión colectiva sobre el manejo adecuado del alcohol y las sustancias psicoactivas. Una de las conclusiones en esta etapa de diagnóstico es que resulta fundamental para los y las jóvenes recibir apoyos para desarrollar iniciativas de fortalecimiento cultural que se conviertan en una oportunidad de encuentro, integración e intercambio entre ellos. Igualmente, es clave que estas acciones de formación en saberes propios sean lideradas por ellos mismos, pues de esa manera se descubren nuevas formas de vivir en el territorio.
Foto: Carolina Pinzón
Como resultado de este diagnóstico, en el mes de diciembre de 2022, se lanzó la convocatoria «Juventud, territorio y tradición», que brindó apoyo a 10 proyectos con la participación de 75 jóvenes. Se presentaron varios colectivos de jóvenes de cada una de las diez comunidades de AIPEA con pequeñas propuestas en los temas de conocimiento tradicional, arte, comunicación e iniciativas productivas, con la posibilidad de recibir una financiación.
En general, se seleccionaron varias propuestas encaminadas a crear espacios de formación intergeneracional por medio de cantos y bailes tradicionales, como el baile de chontaduro, y el baile de canangucho, entre otros; también iniciativas para el fortalecimiento de la cultura material con el aprendizaje de tejidos con fibras naturales y cerámica; proyectos para recuperar la medicina tradicional con la identificación y usos de plantas medicinales; y proyectos interesados en el aprendizaje de fotografía y creación audiovisual para el registro de lugares de interés cultural, así como la elaboración de un cortometraje inspirado en una historia tradicional. Como lo comenta el coordinador de jóvenes de la comunidad Borikada Guillermo Mejía:
Tiene importancia porque estas ideas que se están dando hacen que le cambien un poco los pensamientos malos que tienen algunos de los jóvenes, de pronto, en salirse del territorio, de pensar ir tomando la cerveza, jugando billar, o de pronto, que se le salga de la mente, también, coger otros destinos que realmente no llevan a un buen camino. Y eso a uno lo motiva, lo hace, de pronto, cambiar de pensamiento, pues a diario uno aprende cosas nuevas de los jóvenes y entre jóvenes.
Historietas elaboradas por los jóvenes donde narran sus propuestas. Foto: Carolina Pinzón
El arte como estrategia de fortalecimiento
Como parte del acompañamiento realizado por Tropenbos Colombia en la ejecución de las propuestas, se desarrolló un taller para explorar diversos métodos de registro y producción de imágenes a partir de herramientas como la fotografía y el dibujo. Con este taller, realizado por la artista Carolina Pinzón, los y las jóvenes tuvieron la oportunidad de acercarse a otras formas de comunicación que son relevantes dentro de un mundo cada vez más mediado por la imagen y las herramientas tecnológicas. Igualmente se promovió el desarrollo de habilidades técnicas para el registro y difusión de sus propios proyectos.
Achiote usado como tinte natural. Foto: Carolina Pinzón
«Jóvenes del Yuruparí» comenzó en el año 2021 como una iniciativa desarrollada por Tropenbos Colombia en articulación con la Asociación de Autoridades Indígenas de La Pedrera, Amazonas (AIPEA) y el apoyo de Nia Tero encaminada a fortalecer la identidad cultural y la relación con el territorio de los jóvenes de las 10 comunidades que integran AIPEA.
En el primer año, se implementó la convocatoria «Arte joven, cultura y territorio», la cual tenía como propósito apoyar iniciativas artísticas y de comunicación por medio de becas colectivas. Entre los resultados de esta experiencia se encuentran varios video clips que narran la creación de murales para celebrar la tradición, la recuperación del chiruro como instrumento tradicional macuna, el fortalecimiento de la cerámica tradicional, la elaboración de máscaras para el baile de muñeco y la recuperación del baile de guacuri.
Comunidad de Puerto Córdoba. Foto: Carolina Pinzón
Las propuestas implementadas por los jóvenes del Bajo río Caquetá en esta segunda etapa han demostrado el aporte de las nuevas generaciones en la conservación y transmisión de los conocimientos tradicionales. Los líderes empiezan a reconocer en los jóvenes un interés por el fortalecimiento de la identidad indígena y rutas posibles para que estos saberes entren en diálogo con los nuevos conocimientos que demanda el mundo actual.
No se trata, como dicen los jóvenes, de que el saber tradicional cambie o desaparezca, sino, por el contrario, que este saber se fortalezca y sirva para mejorar sus formas de vida. Con este propósito, se espera lanzar una tercera convocatoria de propuestas para el segundo semestre de 2023, así como continuar con el acompañamiento en campo por medio de acciones de formación y desarrollo de iniciativas productivas.