Intercambio de semillas nativas de las mujeres del pueblo Korebaju de Solano

Intercambio de semillas nativas de las mujeres del pueblo Korebaju de Solano

Colombia - 18 abril, 2023

"Este encuentro sirve para recordar cómo vivíamos los antepasados, para la recuperación y la renovación, para recoger las semillas. Para mí es como decir esa semilla es una familia, entonces, esa familia no tenemos que perderla, se trata de recuperar las familias que se han perdido". Estas palabras fueron pronunciadas por la lideresa Marina Valencia en la apertura del encuentro de intercambio de semillas que recientemente tuvo lugar en el Resguardo Indígena Jericó Consaya del municipio de Solano, Caquetá.

El Intercambio de semillas nativas de las mujeres del pueblo Korebaju contó con la participación de más de cien mujeres indígenas de ocho resguardos y diez comunidades. Este espacio tuvo lugar gracias a la propia iniciativa de las mujeres Korebajʉ que buscan de este modo gestionar encuentros e intercambios para reflexionar sobre el valor de las chagras como sistema productivo propio y la necesidad de que preserven las semillas nativas.

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Como lo señala Marina Valencia:

En las semillas nativas del pueblo Korebaju se guardan los conocimientos tradicionales sobre la siembra y la cosecha, la conservación de los alimentos propios que garantizan la soberanía alimentaria y las preparaciones que se transmiten de generación en generación.

Sin embargo, esta riqueza biológica y de conocimientos asociados se han venido debilitado por las fumigaciones áreas que dañan las plantas y deterioran el suelo; los cultivos de uso ilícito que al extenderse le quitan tierra a la chagra; la deforestación que privilegia el suelo para el ganado y no para la siembra de alimentos y la inserción de semillas externas que desplazan a las propias. Estas amenazas han implicado la disminución de variedades de especies vegetales y la pérdida definitiva de otras, lo cual constituye una afectación al rol de la mujer indígena que guarda en su pensamiento la responsabilidad de preservar la identidad alimentaria Korebajʉ.

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Como lo comenta la líder Ruby Piranga:

Cuando se comparte una semilla no solo queda el compromiso de sembrarla —compromiso que en muchos casos asumieron no sólo las mujeres, si no cada familia de cada mujer—, también está el compromiso de regar esa semilla, que fue asumida por toda la familia, por los hombres y los niños y niñas de las familias que estuvieron en el encuentro.

Las semillas se recuperan y comparten. Son, entonces, una oportunidad para integrar a los más jóvenes, a los hombres y a las personas mayores en el propósito colectivo de mantener la alimentación propia. Esto es relevante puesto que se considera una vía fundamental para la autonomía y pervivencia de los pueblos indígenas amazónicos.

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En torno a estos diálogos, las mujeres han planteado que los intercambios de semillas son espacios de fortalecimiento del rol de la mujer en cuanto permiten compartir sus experiencias, retos y aspiraciones, así como visibilizar el papel que cumplen al ser las guardianas de la soberanía alimentaria en sus comunidades.

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Los espacios de intercambio de semillas se consideran una estrategia crucial para fortalecer el número de variedades de semillas y compartir los saberes que se tienen sobre su manejo y cuidado. Para este encuentro, por ejemplo, se intercambiaron un total de 54 variedades de semillas nativas como la caña roja, lulo, lulillo, chontaduro amarillo, chontaduro blanco, plátano rojo, piña cachirre, piña grande, piña roja, piña cahirre, tabaco, ñame blanco, yuca de almidón, yuca amarilla, yuca blanca, cacao maraco, entre otras. Esto no sólo permite diversificar el número de alimentos y variedades que cada familia puede sembrar en su chagra, también promueve la circulación de las semillas entre comunidades que comparten un mismo territorio.

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Durante el intercambio se contó con la participación de las abuelas, las cuales son reconocidas como las portadoras del saber tradicional relacionado con el manejo de las semillas y la chagra. Desde su lugar de sabedoras, las abuelas orientaron el espacio con cantos y bailes que recordaron los rituales para llamar las buenas cosechas. Se narró la historia de Auʉ pʉpʉri, el dueño de los alimentos, que en la tradición oral Korebajʉ fue quien brindó en el pasado todas las semillas para que cada familia tuviera los alimentos necesarios para sobrevivir en su chagra. Estos saberes transmitidos desde las mujeres mayores permitieron reconocer que se puede recuperar lo que se ha perdido y visualizar la pervivencia de las semillas en el futuro por medio de la transmisión del conocimiento tradicional a las nuevas generaciones.

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El intercambio de semillas nació como una iniciativa propuesta por los comités de mujeres de los resguardos y comunidades Korebajʉ del municipio de Solano en los espacios de diálogo facilitados por Tropenbos Colombia en el marco del proyecto Paisajes Interculturales Sostenibles (Working Landscapes).

A partir de este intercambio las mujeres Korebaju esperan que la recuperación y circulación de las semillas se mantenga en el tiempo. Desde ahora, las mujeres sueñan con la conformación de una red de guardianas de semillas que facilite la preservación de las semillas que se encuentran en riesgo de extinción y la distribución de más de 100 variedades de semillas que aún no se encuentran en todas las comunidades. Con estas acciones de fortalecimiento lideradas por mujeres indígenas quedó puesta la semilla de pensamiento para que la abundancia amanezca en las comunidades Korebaju del municipio de Solano, Caquetá.

 

Noticia por: Mabel Martínez